Pata de ganso, mi tendón de Aquiles

Hace un tiempo empecé a sentir molestias en la cara interna de la rodilla, habitualmente después de dar un curso, tras permanecer muchas horas seguidas de pie.

Al principio no le dí mayor importancia, pero como cada vez el dolor era más acusado y duradero, y fuí al médico.

Resulta que tenía una tendinitis de nombre curiosísimo: pata de ganso!!


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La pata de ganso

En realidad se trata de una tendinitis que afecta a tres tendones que se insieren en la zona alta de la tibia, a la altura de la rodilla, y sujetan a tres respectivos músculos: semitendinoso (isquiotibial), recto interno (aductor) y sartorio.

La disposición que forman estos tres tendones recuerda la pata de un palmípedo, de ahí el nombre de pata de ganso.

La pata de ganso, también llamada tendinitis de pes arsenius, es la inflamación de estos tres tendones y su síntoma principal es el dolor, y en menor grado rigidez y edema.

De forma que ya tenía diagnóstico! Y de hecho, también tratamiento: ibuprofeno cada 8h y reposo.

Pero como podéis imaginar, mientras salía de la consulta mi cabeza ya estaba rumiando qué aceites podrían ser de utilidad para mi pata de ganso!

Aceites esenciales para la pata de ganso

Teniendo en cuenta que la tendinitis es una inflamación y suele desprender calor, serían adecuados aceites con actividad antiinflamatoria y más bien refrescantes.

En seguida me vino a la mente el eucalipto azul (Eucalyptus citriodora) y la menta de campo (Mentha arvensis).

El aceite esencial de eucalipto azul se caracteriza por un elevado porcentaje en citronelal (~85%), un aldehido terpénico con demostrada acción antiinflamatoria, de aroma cítrico y fresco.

Respecto a la menta, podríamos usar como alternativa la piperita, pero si disponemos de la menta de campo, mejor, ya que contiene mucha más cantidad de mentol y por lo tanto, su efecto frío y anestésico local será superior.

Además, para potenciar la actividad antiinflamatoria y añadir una acción antiedematosa, nos será de gran utilidad el aceite esencial de siempreviva (Helicrhysum italicum).

Y para completar nuestra sinergia, algún aceite de la familia bioquímica de los sesquiterpenos, como por ejemplo el katrafay (Cedrelopsis grevei) o el jengibre (Zingiber officinale), con propiedades descongestivas a nivel circulatorio que nos vendrán muy bien para aliviar la estasis circulatoria, el edema y la rigidez de la articulación.

Mi propuesta (1)

  • Eucalipto azul 1,5 ml
  • Siempreviva 1 ml
  • Katrafay 1 ml
  • Menta de campo 1 ml

Posología: aplicar 3 – 4 gotas del preparado, de 4 a 6 veces al día, durante 3 semanas.

Como véis, estoy recomendando el preparado puro, sin diluir en ninguna base, sobre todo durante los primeros días.

Pero en caso de piel muy sensible pueden mezclarse las 3 – 4 gotas del preparado con 2 – 3 gotas de aceite vegetal (hipérico, comino negro) o una crema base antiinflamatoria.

Con esta formulación yo noté mejoría desde el segundo día! Pero realmente, si no se puede hacer reposo, es preciso mantener el tratamiento durante varias semanas.

Otras recomendaciones:

  • Aplicar hielo localmente (envuelto en un trapo o toalla) durante 15 minutos, 2 – 3 veces al día, especialmente antes de acostarnos.
  • Colocar una almohada entre las rodillas al dormir para evitar la presión en la zona afectada.

Para saber más

Aceite esencial Katrafay (Cedrelopsis grevei)

Esto es todo por hoy. ¡Cuidaros mucho!

Laura Mestres
Licenciada en Farmacia, Responsable de Formación en AromaTraining


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Notas al pie de página